El mítico bar de los años 80, La Bobia del barrio de La Latina, resurge reconvertido en una taberna cosmopolita de auténtica cocina asturiana: fabes, morcilla, cachopo, calamar, cecina, sidra natural… elaborado al estilo tradicional. Tapeo, raciones para compartir, cañas y sidra artesanal, en un entorno sofisticado.
The mythical bar of the 1980s, La Bobia of La Latina neighbourhood, resurfaces reconverted in a cosmopolitan authentic Asturian cuisine Tavern: beans, sausage, cachopo, squid, cecina, cider… made in the traditional style. Tapas, dishes to share, reeds and artisan cider, in a sophisticated environment.
En la carta encontraremos clásicos asturianos como croquetas de cabrales, de cecina o de calamar en su tinta; fabes, que sirven en ración completa o tapa; y un gigantesco cachopo, perfecto para compartir. También cuentan con otras exquisiteces como el gazpacho de manzana verde, quesadilla de pitu con hongos o el sabroso sándwich cubano, con lacón asado y queso ahumado. La ensaladilla rusa con gambas y el tartar de salmón con aguacate, son dos de las raciones más demandadas. Todas las raciones son muy contundentes, pero si lo deseamos podremos pedirlas completas o en formato media ración.
Como no podría ser de otra manera, la sidra tiene un hueco especial en La Bobia, que se escancia en la mesa con un sistema automático por botella, y el emplatado responde más a los cánones de la restauración actual que al de los pucheros tradicionales.
Si te queda hueco para el postre te recomendamos sus frixuelos o su manzana verde helada con licor de sidra, nueces y miel, todo casero. Y rematar un licor de orujo o de sidra o incluso de arroz con leche, traídos desde una pequeña bodega de Cangas de Onís. Puedes comer de raciones con un precio medio de 3,40-18€, o de su menú a la carta por 15€.
La Bobia es uno de los clásicos de la Movida, recordado por ser el bar en el que se concentraban los punkis de buena mañana, y también por ser el lugar en el que Almodóvar rodó “Laberinto de pasiones“. De su pasado ochentero se ha recuperado el color verde menta de las sillas de la terraza, y además, y cada mes su pared del exterior acoge el trabajo de un artista diferente.
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