Desde que abriera sus puertas allá por el año 2008, en plena crisis, este encantador restaurante nos seduce con una propuesta gastronómica de calidad a muy buen precio
Ana S. Diéguez
El intrépido y carismático Pepe Caldas se lanzó a abrir su pequeño gran proyecto en plena crisis de 2008. Lo que para muchos suponía un gran riesgo, dadas las circunstancias, para Pepe fue una excitante aventura en la que se embarcó cargado de ganas e ilusión. Al fin había llegado el momento de ponerse manos a la obra y lanzarse a cumplir su sueño, montar su propio restaurante. Pepe tuvo claro que para triunfar en esos delicados momentos había que ofrecer una propuesta gastronómica de calidad a buen precio en una de las zonas más exclusivas de la capital.
Tras dejar sin terminar la carrera de medicina y estudiar óptica haciendo caso de los consejos de su padre, Pepe dedicó unos años a montar una empresa de distribución de lentes de contacto, que acabó vendiendo para marcharse a Los Ángeles y probar suerte como director de cine. Una vida apasionante, siempre llena de cambios, proyectos e ilusión, que finalmente desembocó en arrancar Taberna Puerto Lagasca. Un coqueto restaurante en el barrio de Salamanca dónde podemos saborear los mejores pescados y mariscos recién llegados de las lonjas, que Paco Carrascosa, su formidable chef, elabora con una desbordante pasión y grandes dosis de cariño logrnado conquistarnos desde el primer bocado.
Pepe no olvida nunca la inestimable ayuda de su gran amigo Ramón Hidalgo, “Monchete”, dueño del restaurante Nájera, que le facilitó todos los contactos de proveedores y sabios consejos para triunfar en el complicado mundo de la hostelería. Tras una interesante charla acompañada de una cerveza fresquita acompañada de su típica tapa de tortilla de patata casera nos aventuramos a catar la seductora carta de Taberna Puerto Lagasca.
Comenzamos disfrutando de unas sabrosísimas croquetas de jamón y espinacas. Crujientes por fuera y rebosantes de sabor, nos condujeron a un fabuloso salmorejo con virutas de jamón ibérico. Fresco, suave y francamente recomendable para el verano, lo disfrutamos hasta la última cucharada.
Continuamos con un original tartar de atún rojo Balfegó, acompañado de algas wakame y guisantes crujientes, que es un verdadero espectáculo y que dio paso a unas maravillosas verduras a la plancha con una increíble salsa romescu. Espárragos trigueros, calabacines, berenjenas y pimientos de diversos tipos, nos conquistan visualmente con una preciosa gama cromática y un delicioso sabor, antes de pasar a probar los exquisitos langostinos salteados con guacamole y mango. Una propuesta exótica y fresca que fusiona equilibradamente tradición y vanguardia.
Finalmente, y antes de pasar al postre, saboreamos una formidable merluza a la sidra con manzana asada. Un acertado toque dulzón que nos condujo a la mítica puertorrija con crema inglesa y helado de canela. Un peligroso bocado que es el sueño hecho realidad de los paladares más golosos.
Taberna Puerto Lagasca, un maravilloso soplo de aire fresco en plena ciudad que nunca defrauda. Un rotundo acierto que engancha y nos tienta a volver mucho antes de lo que teníamos previsto.
TABERNA PUERTO LAGASCA
Dirección
Calle Lagasca, 81
Teléfono
91 576 41 11
Email
[email protected]
Precio Medio
30€
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